El gigante suramericano registra 2.286 fallecidos con Covid en un sólo día, récord absoluto desde que comenzó la pandemia
Brasil se encuentra en este momento de la pandemia con el sistema de salud al borde del colapso, la vacunación a cuenta gotas por la falta de dosis y un nuevo récord diario de 2.286 muertes por la Covid.
El miércoles se registraron 314 muertes más que las 1.972 fallecidas que fueron notificadas la víspera, hasta entonces, la mayor cantidad de decesos que había dejado el coronavirus en el país en un solo día.
Ya son más de 270.000 fallecidos por el virus, de los cuales unos 11.000 ocurrieron tan solo en los últimos siete días. El futuro a corto plazo es sombrío para Brasil si las cifras continúan con la tendencia registrada la semana pasada.
Brasil ya registra 11,2 millones de contagios por el virus, y es el segundo país con mayor número de muertes por la Covid, después de Estados Unidos, que con 328 millones de habitantes suma más de 500.000 fallecidos.
No obstante, desde enero, los decesos por Covid comenzaron a menguar en el país norteamericano, un hecho que los expertos han atribuido a la vacunación. Hasta el momento, unos 59 millones de personas han recibido al menos una dosis de alguna de las vacunas en Estados Unidos, mientras que 31 millones -el 9,2 % de la población- está completamente inmunizado frente al coronavirus.
En Brasil, la campaña de vacunación avanza a paso lento por la falta de dosis listas y hasta «corre el riesgo de ser interrumpida», según señaló el secretario ejecutivo del Ministerio de Salud, Elcio Franco, en una carta enviada el lunes al embajador de la China en Brasil, Yang Wanming. En la misma, el alto funcionario brasileño dijo que la campaña de vacunación puede llegar a detenerse debido a «la falta de dosis, dada la escasez de oferta internacional» y pidió ayuda para ver la posibilidad de que Sinopharm le venda a Brasil 30 millones de dosis de la vacuna BBIBP-CorV, desarrollada por esa farmacéutica.
Esto no es novedad, ya que varios estados tuvieron que suspender a mediados de febrero el proceso de vacunación por varios días, por la falta de dosis.
Para el plan nacional de inmunización, el Gobierno de Jair Bolsonaro apostó solo a una vacuna, la desarrollada conjuntamente por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford, pero con el paso del tiempo tuvo que negociar con otros laboratorios que en principio habían sido rechazados por el líder ultraderechista.
Tal fue el caso de la Coronavac, la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac, rechazada por Bolsonaro solo por el hecho de haber sido elaborada en el país asiático.
También ocurrió con la de Pfizer, cuya negociación apenas se logró hace unos días por la negativa del mandatario brasileño a seguir las exigencias de la farmacéutica estadounidense, a la que finalmente comprará 99 millones de dosis, de las cuales unos 14 millones se entregarán hasta junio y el resto en el último trimestre del año.
¿Colapso sanitario?
Según la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), de las 27 ciudades capitales del país, 25 tienen tasas de ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UTI) iguales o superiores al 80%. De acuerdo con el más reciente informe del Observatorio del Covid-19, divulgado la víspera, en 15 ciudades capitales, las que concentran mayor cantidad de casos graves de la enfermedad, la ocupación de las UCI supera el 90% y en estados como Sao Paulo y Sergipe, la situación empeoró.
Ante esta coyuntura, que fuera calificada como extremadamente crítica por los investigadores de la Fiocruz, los mismos reiteraron la necesidad de ampliar y fortalecer las medidas de distanciamiento social y que estas sean más estrictas en las ciudades y regiones donde la situación esté al borde del colapso. En Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, 30 personas con Covid han fallecido en lo que va de mes por falta de un cupo en una UCI, pues están al 82% de su capacidad.
En la víspera, Sao Paulo registró un récord de 517 decesos por la covid en 24 horas, el nivel más alto desde la confirmación del primer caso el 26 de febrero de 2020. La movilidad está restringida en toda la región donde todos los comercios permanecen cerrados, salvo los de primera necesidad. Pese a que el gobernador Joao Doria admitió este miércoles en una rueda de prensa que el sistema de salud está al borde del colapso y que la región está en alerta máxima, las medidas no serán endurecidas por el momento en la región paulista.
Algo parecido se vive en Pernambuco, donde el 84% de las UCI están ocupadas pero donde las medidas no han logrado reducir la movilidad, pues los comercios solo cierran por completo los fines de semana y en las noches durante el resto de días. En Recife, su capital, la movilización este miércoles era prácticamente normal en la ciudad. Los principales centros turísticos y los comercios populares registraron un 70% de aglomeración, según se pudo constatar.
La situación llevó a que gobernadores de 21 de los 27 estados brasileños pidieran este miércoles un pacto nacional entre los tres poderes para reforzar la lucha contra la pandemia. «El coronavirus es hoy el mayor adversario de nuestra nación. Necesitamos evitar el total colapso de los sistemas hospitalarios en todo Brasil y mejorar el combate a la pandemia», destacaron los dirigentes regionales en una carta conjunta. También, propusieron la creación de un comité gestor que contaría con la participación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como de los gobernadores y los alcaldes, y que sería asesorado por un grupo de especialistas sanitarios.