El mismo sería de un 7%, luego de permanecer los mismos ocho meses con los precios congelados
El Gobierno decidió, por primera vez desde que están en el poder, un aumento en el precio de los combustibles, congelados desde diciembre de 2019.
Se estima que el incremento será de alrededor del 7% y está previsto que sea efectivo a partir de la semana próxima, a más tardar el viernes. Esta medida ya cuenta con el el consenso interno en el Frente de Todos. Tiene el aval del presidente Alberto Fernández, de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y de los ministros de Economía, Martín Guzmán, y Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Las compañías petroleras hablan de un aumento pendiente del 15%, pero son conscientes que eso no se podrá trasladar de inmediato. “Menos de la mitad”, explicaron funcionarios, lo que situaría el aumento en alrededor del 7%.
Los precios de las naftas no se modifican desde el 1° de diciembre de 2019. Las modificaciones posteriores fueron por tributos o costos de biocombustibles, pero no en los márgenes de las empresas.
Política de precios
Con la tarifas de luz y gas también congeladas, este será el primer movimiento de productos energéticos de esta gestión. En los mandatos de Cristina Fernández, los aumentos de combustibles eran una constante, en especial desde que se expropió y se estatizó.
El precio del barril de petróleo crudo Brent, que se utiliza como referencia en la Argentina, también está en alza. Y su comportamiento podría decidir el tiempo de comunicar el aumento local.
El decreto que promulgó el “barril criollo” -un precio “sostén” para la producción local- establecía que ese piso podía derogarse si el Brent cotizaba más de 10 días por arriba de los US$ 45. Eso vino pasando en las últimas jornadas. Si se cumple una decena de días del Brent en aumento, el “criollo” podría quedar sin efecto.
La suspensión del “barril criollo” habilitaría a las productoras a tratar de cobrar más caro sus productos. Y si los refinadores -los que transforman el petróleo en combustible- cuentan con márgenes, también podrían afrontar esa erogación, según entienden en la industria.
Las ventas de combustibles están en caída por el aislamiento. Solo hubo una recuperación -y en algunos casos, hasta mejoría interanual- en ciertos bolsones del campo que consumen gasoil.
La inversión en energía está en su mínimo desde 2011. La formación Vaca Muerta tiene pocos equipos operativos en petróleo y el Gobierno busca reactivar la producción de gas a través de un nuevo plan de estímulo.