Se alzan las voces para decir que la nueva fecha de los comicios salteños es poco prudente. Además, se pide la renuncia de los candidatos que siguen en funciones.
El Gobierno de la Provincia disimula pero trabaja para sus propios intereses. Busca cuidarse de las consecuencias negativas de la pandemia desligando responsabilidades y además insiste en realizar las elecciones provinciales en pleno invierno. Pero eso no es todo: sus candidatos, que también son funcionarios, hacen campaña gracias al Estado. ¿Hasta cuándo?
La confirmación de las elecciones para el 15 de agosto no convence, a pesar de que Ricardo Villada insista en que todos están de acuerdo en realizarlas en esa fecha. ¿Cuánto de especulación política hay en esa decisión? Mucha. Gustavo Sáenz no quiere unificar los comicios con la votación nacional porque sabe que de esa manera el kirchnerismo tendría mayor fortaleza. Es decir que al Gobierno salteño le importa más la cantidad de votos que la salud de la gente. Por eso insiste en que se haga campaña a partir del 15 de julio y se vote en pleno invierno.
Pero incluso las voces amigas contradicen esa postura. Este jueves en DNI Salta, el ministro de Salud, Juan José Esteban, dijo que la fecha de las elecciones no debería estar confirmada.
«Yo no aventuraría fecha. Una elección conlleva una previa, y la previa son reuniones, concentraciones, aglomeramientos y una serie de juntadas políticas que lo que iban a hacer es poner más en riesgo a la comunidad y su conjunto. La decisión de la elección tiene que estar supeditada a la situación epidemiológica. Hoy tenemos que dejar que los que saben, o sea, los epidemiólogos, conduzcan la situación de pandemia, eso es fundamental. Debe estar totalmente supeditado todo a la situación de la pandemia en la provincia», dijo el ministro.
«Las elecciones conllevan más riesgo que el desfile de los Gauchos de Güemes por todo lo que movilizará incluso desde un mes antes», agregó el funcionairo.
Pero esas declaraciones no le interesan a Sáenz ni a sus funcionarios. Así es como Matías Posadas sale a hacer campaña disfrazada de gestión. Utiliza redes y actos del Estado para mostrarse, pese que es candidato y la incompatibilidad con su cargo de secretario general de la Gobernación es evidente. Además, realiza declaraciones contra la intendencia para evitar quedar pegado al mal manejo de la pandemia en Salta. Quiere que los municipios asuman los costos de las decisiones del COE provincial, que responde a Sáenz.
Y tampoco hace caso a las voces que dicen, con toda lógica, que funcionario que entra en campaña debería resignar su cargo. No se puede trabajar para la gente y pensar en uno mismo. Así lo expresó el titular de Aguas del Norte, Luis María García Salado, en declaraciones a FM Profesional: «Funcionario que quiere ser candidato no tiene que utilizar los medios políticos de los que dispone para hacer campaña política», dijo, y agregó que la licencia tampoco es aceptable.